Eco del silencio

De Florencio Nicolau

Eco del silencio

Especial para Eco Italiano

 Abre la puerta de la heladera adornada con imanes de todo tipo. Muñecas rusas, gatos, el Pato Lucas, servicios de pizzas a domicilio, farmacias. Mira en el interior y elije una bandejita de fiambre cerrada que compró a la tarde en el supermercado. Unos pases mágicos y termina todo en una especie de sándwich hibridado con ensalada. Nunca le importó la comida como fetiche. Elige la primera lata de cerveza de la noche, una lager de marca desconocida con letras góticas que pretenden sindicarla con un origen germánico. Ya no saben qué hacer para vender. Se dirige despacio hacia el estudio, una habitación que tiene una PC y un sofá.

***

 Estoy una isla de oscuridad que tiembla levemente. Me persiguen las imágenes (no son imágenes) de antiguos que buscan encontrarse a sí mismos. ¿Qué valor tendrá la existencia sino hay esperanza de desaparecer? Suena contradictorio ¿no? Ni puedo hablar ni me es necesario solo me expreso así para comunicar a quienes usan el oropel de las letras y la vanidad de los sonidos. Estoy más allá, en otro horizonte.

***

 La aldea devastada por la guerra se ha convertido en una superficie irregular coronada por la bruma. Las pisadas acompasadas, el sonido del cuero y el metal contribuyen a la imagen de irrealidad. Primero un poblado, luego otro. El fuego estragando los techos de las modestas casas y el éxodo a través del bosque de familias enteras se repite en toda la nación. La batalla final no se hará esperar. El caudillo de los agredidos convoca a una reunión en un montículo sagrado vestido de robles y muérdago.  Les exige la lealtad y unión necesarias para resistir el final con dignidad.

 Los invasores llegan al campo de batalla poco antes del alba. Al rayar el primer sol ya están en rigurosa formación ante el enemigo. Las águilas de plata brillan entre las formaciones junto a los fasces, las vexilla de las cohortes y demás signa militaria.

 Una mujer envuelta en una piel de animal y con la cara rubicunda por el frío de la mañana, se acerca audazmente a las primeras formaciones. Arroja la piel y deja ver su cuerpo desnudo con pinturas rituales de color azul. Rompe la quietud con un grito desgarrador. En el silencio que sobreviene se oye la orina cayendo desde la entrepierna de un soldado de la primera fila. Un soldado lleva una cicatriz que le cruza toda la mejilla izquierda. Sabe que va a morir.

 La batalla es una desgracia. Gigantes de pieles blancas y de barbas rubias, completamente borrachos blanden hachas y espadas. No habrá concesión alguna en el caso de que pierdan. Son demasiado atractivos para no exponerlos en el Circo Máximo o el Coliseo.

***

 Teclea en la pantalla Zuru®GAMerella y ve la casilla del password un momento. La cadena de asteriscos  *******  la hipnotiza un instante. Piensa en los diferentes scripts para crear una batalla entre legionarios y celtas, sentencias hechas de vacío que llenan la vida de muchas personas. La irrealidad se ha vuelto una necesidad congénita en este planeta. Mira las letras góticas de la lata y acciona la anilla hacia arriba. Ffss.

 Enter.

***

 La lealtad a los dioses se vio pronto traicionada. Hacer cosas era el trabajo de la memoria colectiva que ahora tenían bajo su poder. Al menos eso parecía. Surgieron tensiones y conflictos entre los deseosos hombres ávidos de oro y de reconocimiento en los confines del imperio. Conforme se fue conociendo el comportamiento de la extraña cosa se vio que estaba relacionada con la modificación del tiempo. ¿Podía algo hecho por humanos cambiar el devenir de las cosas y los sucesos? Al parecer era esta una de las características más relevantes del portento. 

 Muchos anhelaban apoderarse de este conocimiento, como aquella joven mujer de cara surcada por dibujos geométricos y paso vacilante.

***

 —Largo de aquí, soldadito de mierda dice El Ente. —Tu muerte está en otro lado.

 Se levanta como un rayo sacándose la armadura y se toca la larga cicatriz de la mejilla izquierda. No hay cadáveres ni fuego alrededor. 

***

 El tiempo es un pliegue de la eternidad una concepción surgida de la mente del hombre, errática falible y efímera. Hay cosas más allá que no nos pertenecen como el eco de un silencio. Nuestro concepto del infinito es siempre erróneo.

 Los sabios que han concebido estas cosas de manifiesta irrealidad accedieron al infinito. El mundo de silicio logró cambios cruciales en el desarrollo de los antiguos hombres y mujeres. Maquinarias que se mueven solas, embarcaciones que surcan los mares a velocidades inimaginables. Sustancias que producen un sinfín de efectos en los cuerpos de quienes las consumen. ¿Era este el mundo que deseábamos?

***

 ¿Se levantó un legionario muerto? Zuru®GAMerella baja la mirada hacia la pantalla mientras lleva la lata de cerveza a los labios.

 Un bug, seguro. Apura el trago.

***

 No siente dolores ni sangran sus heridas. Tiene un corte profundo en el brazo que, ante su asombro, se va cerrando lentamente, ¿Que sortilegio está actuando sobre su cuerpo?

 La respuesta no se hace esperar y la Voz comienza a hablar. ¿A quién?  No espera respuesta ni alternar con interlocutor alguno. Solo habla.

 Vivo en esta ciudad hace eones, antes que llegaran todos ustedes. Cohabité con las primeras gentes y vi el promontorio donde esos hombres y mujeres, hijos de lobos, realizaban los vaticinios y le llamaron, por eso, colina Vaticana.

 He tenido el oscuro privilegio de moverme en el tiempo, soldadito de cara cortada.  El mundo es diferente a lo que conoces. Hay bosques de números y mares de incertidumbre. Los hombres de más allá del tiempo han aprendido a manejarlos no siempre con sabiduría.

 La idoneidad del ser humano para crear el mal ha sido, desde siempre, insuperable. ¿Qué es lo mejor para nosotros sino el olvido? En tiempos antiguos se hablaba de un río que borraba los recuerdos. Le llamaban Lete. No sabemos de la memoria anterior. Hemos vivido otras vidas o ninguna pero no podemos precisar si esto es así o no. El olvido es un remedio para mitigar el dolor de una existencia muchas veces penosa. 

 Tu pueblo tiene una plétora de leyendas de dioses y semidioses que urden en el telar del universo la existencia de los humanos. Poseen historias propias como la de un ser de dos caras que tiene la habilidad de ver el presente y el futuro; pero también han cosechado leyendas e historias de los pueblos que conquistaron. Particularmente se interesan por los avatares de los dioses de una nación insular de mayor tradición a la que doblegaron.

 El mundo que me fue dado ver es un escándalo: niños con actitudes de adultos y adultos inmaduros que se visten y hacen juegos de pequeños. Dinero constituido por aire, sin que ningún metal u objeto valioso respalde su existencia. Avidez por el hallazgo de minerales que emiten luz en la oscuridad y que manipulados con destreza pueden destruir ciudades enteras.

 Para los sabios antiguos la eternidad era objeto de extensos debates acerca de su naturaleza, para los vates la fuente de inspiración de figuras retóricas y versos; para los amantes el deseo de perpetuar dos labios lacerándose en un beso. Para esta gente es una forma de manejar la información.

¿Sabes lo que eres, soldadito de cara cortada? Un manojo de ceros y unos.

***

 Zuru®GAMerella levanta la cabeza del escritorio y ve las siete latas de cerveza al lado del CPU pintado con aerosol plateado. Respira profundo sintiendo el olor a cebada y lúpulo que pasa por sus fosas nasales. Ve su rostro tatuado reflejado en la ventana.  Revisa el script de Java y en el bloc de notas cambia `legionario` por `boxeador`.

 Que sufra, para eso es macho.

Va con paso tambaleante hacia la ventana y ve la calle. La ciudad eterna, la ciudad por antonomasia. Cualquier ciudad distinta de esta se dice oppidum, piensa.

***

 Me llevan a un edificio en las afueras de la ciudad, un recinto preparado para un espectáculo como los de antes. La ciudad no ha perdido su pasión por los encuentros escandalosos. Panem et circenses. En una pared iluminada veo mi propia imagen con el torso desnudo, musculoso. Mis manos están ocultas en dos voluminosos guantes de color rojo brillante. Mediante algún extraño subterfugio han disimulado la cicatriz de mi mejilla izquierda y me veo más bello. En grandes letras de un idioma que desconozco se anuncia algo. Junto a mi figura aparece otro hombre con el torso también desnudo y con las manos protegidas, cubriéndose la cara, agachado.

 Estoy frente a frente con un púgil de piel oscura y rasgos completamente extraños. El escenario en donde me han subido a la fuerza es un rectángulo bordeado por cuerdas que delimitan la arena. Golpes dados con un martillo sobre un disco de metal indican el comienzo de un nuevo encuentro con mi contrincante. Ambos vestimos ropas coloridas y luminosas a la potente luz indefinida que está en todas partes. No hay tiempo, solo movimientos que indican sucesiones de golpes y más golpes. No entiendo las lenguas que me hablan, ni las maneras en que se visten las multitudes que nos rodean gritando en forma agresiva, visceral. He visto esto en algún lugar.

 Hoy es el día de mi muerte. Estoy feliz.

Ve venir el último golpe en el cuadrilátero de las afueras de Roma y escucha el grito desgarrador de una mujer con los labios pintados de rojo furioso envuelta en una piel animal. Está en la primera fila junto a una mujer joven de cara tatuada.

***

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 Zuru®GAMerella acomoda el tapado de piel sintética a su novia antes de salir a la calle desde el estadio de boxeo donde han asistido a una acto sangriento, casi propiciatorio. La noche es fría, estrellada. Los recolectores de basura están cargando los contenedores y el sonido del sistema hidráulico le ponen la música adecuada a la escena. Rodea a la mujer con los brazos y le besa mordiéndole el cuello. Zuru®GAMerella lleva una gruesa campera camuflada comprada en un remate militar el año pasado en Moscú.

 Las luces de la ambulancia se alejan por la calle angosta llevando al púgil hacia su destino final, una mesa de acero inoxidable donde cumplirán el papeleo de rigor entre los forenses y la policía.

Gracias por todo, palomitas, dice El Ente.

 La pareja recibe el golpe del auto y caen abrazadas en la fría calle de Roma. Zuru®GAMerella mira a su novia inerte a unos pasos y se acuerda cuando la escuchó gritar delante de sus celtas hace dos mil años, antes de la última batalla.

 El mundo se vuelve un silencioso pasillo de ceros y unos que danzan en forma arbitraria delante de sus ojos, un mar de duendecitos que no dejan de intercambiar posiciones a una velocidad vertiginosa. Recuerda su infancia cuando en el fondo de la casa de su abuela vio un conejo con una galera y lo persiguió hasta caer en un ciclo de cambios y mutaciones que nunca pudo identificar con algo en concreto. La trama del universo es una farsa, una cosa que no existe y que solo presenta acumulaciones de energía en algunos lugares y que la tontería de los griegos llamó átomos. ¿Por qué lamentar algo si no se es nada?

 Soy apenas una programadora alcohólica y desocupada con la cara tatuada con motivos celtas que busca a Dios en una calle de Roma mientras oye el eco del silencio.

Florencio Cruz Nicolau
Paraná, Argentina, 24 de mayo de 2024

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