Algún día nos reuniremos las tres

De Florencio Nicolau

Algún día nos reuniremos las tres

Especial para Eco Italiano

I

Les propongo que miren con otros ojos a su alrededor y descubrirán que vuestro entorno es un mundo rico en posibilidades y oportunidades. Somos nosotros quienes no hacemos nada para aprovecharlas. ¿Cómo me llamo? No tiene importancia; soy una persona universal, puedo estar en todos los lugares al mismo tiempo ¿Cómo conseguí esa extraña ubicuidad?  Nunca lo sabré, pero la sensación cobró fuerza a medida que crecí y me volví adulta. La vocación por la astronomía se despertó desde niña cuando observé la caída de un bólido. Una luz verdusca y muy brillante que rodeaba  lo que parecía ser una roca que se iba disgregando conforme pasaban los segundos.

Hoy es el día del cometa. Estará bajo en el horizonte coqueteando con el sistema solar interior. Cuerpos celestes que aparecen repentinamente para recordar la mutabilidad de los cielos. Es más débil de lo que se pensaba cuando lo descubrieron. Tendré que subir con cuidado el telescopio.

Cierro los ojos y vuelvo a ver la estrella naranja.

***

Una hermosa tarde para trabajar junto a la ventana. Pongo los libros y los diccionarios en el escritorio y me siento mirando con los ojos entornados al hermoso sol invernal. 

La vecina de al lado es una buena chica. Solo algo lunática con todos esto de la astronomía. Se la ve demasiado entusiasmada con esa parafernalia de instrumentos, binoculares, reposeras y esa larga escalera que la lleva al techo. Seguro que está en eso del cometa que habla la televisión, el que iba a ser un espectáculo y ahora parece que no.

La veo al sol. Está montando alguna cosa, parece un trípode con un cilindro metálico y un contrapeso en el extremo. Vaya uno a saber que estará haciendo en pleno día. No voy a negar que una de las cosas más hermosas de la vida es poder contemplar las estrellas en una noche despejada. Tenemos la suerte de estar en un barrio muy lejos del centro así que por aquí gozamos bastante bien de la belleza de las constelaciones. Nunca aprendí ninguna, salvo los siete cabritos y las Tres Marías. 

La literatura me enseñado a encontrar la alegría en la vida. Sin embargo, la soledad siempre ha tenido un peso exagerado en mi existencia. A veces siento la angustia de haber dejado pasar el tiempo sin encontrar la compañía de otros seres humanos y presiento que alguien me está mirando dentro de esta gran casa con paredes repletas de libros y de arte. Hay una presencia muy fuerte algunas tardes: la sensación que más de una persona me está esperando en algún lugar.

Me está mirando, se dio cuenta que la espío; me saluda cordialmente con la mano ondeando. Es buena chica, buena chica. Debería invitarla a tomar el té y a contarle de mis libros y mis traducciones. 

When shall we three meet again in thunder, lightning, or in rain? Traduzco: ¿Cuándo nos reuniremos de nuevo las tres? ¿Otra vez que truene y caigan rayos y centellas, o cuando llueva?

***

Miro el cielo como esperando algo. La imagen de la estrella naranja se vuelve a presentar en mi mente. Está noche subo a la terraza para observar con el telescopio. No siento el frío que está empezando a cubrir el barrio con una presencia ominosa sino la tibieza de una estrella en un mundo lejano. Alguien me está acompañando mientras subo, lo siento claramente. ¿Quién o quiénes son ellos? El último escalón se está aflojando, hay que apoyar el pie con cuidado.

***

No pasó nada. Solo un encuentro en un nivel de conciencia desconocido, un destello de luz verdosa primero y luego la imagen de un mundo con un sol naranja flotando sobre un mar imponente.

Al comenzar la obra, Shakespeare hace aparecer solamente a esas tres brujas extrañas que disfrutan con la desgracia humana. Están esperando la próxima batalla y profetizan el futuro del desgraciado Macbeth. Algún día se encontrarán, pero la pregunta bien podría ser ¿dónde?

¿Qué predicción hacen las brujas a Macbeth, piensa? ¿Solamente que se convertirá en un poderosos rey? El mensaje es poco claro y ha sido fuente de discusión durante muchos años. ¿Son tres niveles diferentes de conciencia humana que se presentan separadas?

Shakespeare ambientó sus obras en los más variados países y con personajes de diferentes nacionalidades, desde el danés Hamlet hasta el siciliano rey Leontes. Sicilia —piensa—cuya bandera tiene una trinacria, una cabeza y tres piernas. Tres partes, un todo.

Vuelve a buscar el diccionario y continúa trabajando. El sol ya se ha puesto y en la hora de la luz incierta del crepúsculo ve a la chica subiendo un telescopio por la escalera de la terraza.

Prende la lámpara del escritorio y con cuidado mueve el cable que está flojo y no hace buen contacto. Tendrá que llamar a un electricista esta semana.

***

Apoya la planta del pie derecho en el escalón de hierro empotrado en la pared. Cae un leve polvo de ladrillo al suelo y luego siente el pie en el vacío.

***

¿Qué pensaría ‎Anne Hathaway, la esposa de Shakespeare, si supiera que quinientos años después surgiría una actriz con su mismo nombre? Mueve fastidiada el cable para que vuelva a encender la lámpara. Escucha el sonido de la descarga y todo se torna oscuridad.

II

Es una tarde de frío como no puede ser. La transparencia del aire es cristalina y deja ver en la lontananza el brillo del sol naranja en un mar calmo y esmeralda.

Las rocas surgen entre la playa y la extraña dama se pasea contemplando el cielo en espera de algo. Recuerda la noche en que llegó por primera vez al mar y vio un objeto envuelto en un halo de luz muy fuerte que se desintegraba en el cielo. Pensó en las viejas costumbres que le contaba su abuela de niña y pidió un deseo. Una alegría llenó su cuerpo de vibración.

¿Cómo llegué aquí y desde dónde? Nunca lo supo.

Sin embargo fue el año del cometa el que le reveló que estaba viviendo un periodo de espera, en el cual todo su ser anhelaba encontrar sus partes para integrarse en una comunión de luz y de energía. Un alma cae, otra se baña de una luz azulada y vibrante. Estoy incompleta, una pieza que espera, aquí en esta playa. Presiento una unión verdadera que trae el cometa. El astro es un anuncio como lo ha sido a lo largo de la historia. El cielo es un mensajero preciso que siempre dice la verdad. Las dos mujeres se presentaron ante mí hace tiempo ya. Tal vez en breve las pueda ver y sentir. ¿Quién es el hombre con pocos cabellos y barba que me mira?

La luminosidad de las estrellas en el cielo se refleja en las aguas de este planeta, el séptimo a partir del sol, el único que alberga vida. El hombre de calva incipiente y barba en punta camina pensativo. El amor y la muerte van de la mano, se pasean por el universo mirándose a los ojos el uno al otro, enamorados. 

«¿Dónde están esos enemigos? ¡Capuleto! ¡Montesco! ¡Miren qué castigo ha caído sobre sus odios! ¡Los cielos han hallado modo de destruir vuestras alegrías por medio del amor! ¡Y yo, por haber tolerado sus discordias perdí también a dos de mis parientes! ¡Todos hemos sido castigados!»

Disfruta el calor del sol como aquel primer día —la suave sensación de caricia de los rayos sobre la fina piel de sus brazos— y evoca la pregunta que la persigue desde hace tiempo: ¿Cuándo nos reuniremos de nuevo las tres?

Lo que parecía ser una mujer como ella entra en su campo de visión cayendo desde la nada con un extraño instrumento cilíndrico en los brazos. Golpea la arena de la playa con un ruido sordo y queda un momento aturdida. Abraza la arena con un gemido aniñado.

Otra, una dama ya entrada en años aparece de la nada con el cabello erizado y el rostro ennegrecido y humeante. Sin embargo me ve y sonríe.

Este encuentro con estas mujeres es el resarcimiento por haber vivido tanto tiempo en un mundo incomprensible para mí. Mi ser se completado en una unidad, lo único que puede existir conformado por tres partes. Fue necesario el paso de los eones para que pudiéramos complementarnos aquí, en este lugar desconocido que ahora se manifiesta con una luminosa luz anaranjada.

Al fin somos una, nuevamente. No caen rayos ni centellas. La gratitud es infinita en este horizonte. La fusión entre tres es siempre una celebración. Sabía que algún día nos encontraríamos nuevamente las tres. Se levanta repentinamente un viento muy fuerte desde el mar color esmeralda, el sol naranja empieza a ocultarse y se escucha el sonido del primer trueno.

El hombre de calva incipiente y barba en punta camina por las arenas del extraño planeta. La tempestad dice en voz baja. Buen título.
Florencio Cruz Nicolau
Paraná, Argentina, 8 de junio de 2024

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